Vivimos en proyectos inmediatos que nos traen satisfacción personal, dejando de lado el solo proyecto que nos dará satisfacción profunda y propósito eterno. ¿Qué pasaría si abrazáramos nuestro propósito y nos enfocaramos en nuestra relación con Cristo, en lugar de enfocarnos en el fruto que podemos dar y definirnos por él?
Padre, ayúdame a encontrar que lo que define mi propósito es mi relación con Cristo,
no el fruto que pueda dar.
EL PODER DE LO MISMO – “NO ES FRUTO, NI RUTINA. ES PROPOSITO Y RELACIÓN” – JUAN 15:1-8
1.¿Has participado en algún proyecto que, de repente, comenzó a tardar más tiempo de lo que tú pensabas inicialmente? Coméntalo con el grupo, ¿Cómo te sentiste? ¿Qué era lo que más te importaba de ese proyecto?
2.¿Alguna vez has deseado y luchado por algo y, cuando lo obtuviste, no era lo que esperabas? ¿A qué crees que se haya debido? Comenta con tu grupo.
3.Por favor, lee Juan 15:1-2 ¿Qué implicaciones tiene para ti que el labrador (Dios) busque y tome el fruto de las ramas (nosotros)?
4. Lee Juan 15:5-8, ¿Qué significa para ti dar fruto?
5. Lee por favor, Romanos 12:1-2 ¿Cuál es la sola cosa que puedes comenzar a hacer esta semana para dejar de enfocarte en el fruto y arraigarte más en la vid?.