Hay algo en nosotros que desea acomodar a Dios y Su poder, a nuestros propios planes. Se cree que si ciertas cosas van como pensamos entonces Dios está con nosotros, en caso contrario, tenemos que negociar con Dios. Dios, ¿es acaso un poco más de oración? ¿obediencia o asistencia? ¡seguro que es mi paciencia! “Te prometo que…”, “mira que ésta es la buena”, “si tú lo haces, yo lo haré” (suponemos que Dios quiere algo de nosotros o que mínimo nos comportemos, nos lo han repetido tantas veces) ¿Por qué pretender, presionarse y/o pelear cuando Él tiene su Plan, su paso y su paz para ayudarnos?
Padre, que sea Cristo, su cruz y su resurrección lo que necesite cada día y no lo que creo tener, poder o saber.
Que viva para tu Causa y no la mía.
LA QUINTA COPA – La Pose que Pesa – Mateo 2:11-12.
1.- ¿Qué cosa te fue importante en el pasado que ahora ya no te interesa? ¿Qué cambió en tu vida que causó este ajuste en tus prioridades?
2.- ¿Cuáles son algunas de las razones del porque tendemos a negociar con Dios? ¿De qué manera este negociar afecta como vemos a Dios?
3.- Durante el mensaje Pepe dijo: “hay un poco de Judas en todos nosotros” queriendo decir que todos somos tentados a intentar manipular a Dios en alguna área para el bene cio de nuestras propias agendas. ¿Estás de acuerdo? ¿Por qué si o porque no?
4.- Comparte de algún tiempo en el que te mostraste impaciente con Dios. ¿Qué hiciste al respecto? ¿Qué sucedió después?
5.- ¿Por qué o por quien eres tentado a negociar tu relación con Cristo? ¿Qué sola cosa puedes hacer esta semana para rendir esa parte de tu vida a Dios? ¿De qué manera tu grupo de Comunidad puede ayudarte en tus avances en esa área?